¡Yo soy!
En un bar de La Condesa siento mi sombra a una mesa, mientras observo la de al lado, donde toman algo una pareja con su hijo. La madre dice:
_Vamos a jugar a las palabras encadenadas. Empiezo yo: "Ballena".
_A mí dejadme que estoy viendo el partido_dice el padre.
_"Cocodrilo" _salta su hijo de unos seis años_Los padres ríen.
_No. Tienen que estar encadenadas _añade el progenitor_ si tu madre dice ballena, tú has de decir otra que empiece por la última que ella ha dicho.
_¡Pero si sólo dijo una! _protesta el chiquillo.
_Bueno, anda déjalo, que eres más torpe que tener una vaca en brazos _sentencia el papá.
_¿Tú ya has tenido una vaca en brazos? _pregunta el niño.
_¡Que te calles ya! ¡El crío de los cojones! _corta su padre enfadado. El niño mira para la madre que le hace una seña de que se calle. En silencio, los tres ponen sus ojos en el televisor.
Sin palabras, mi sombra le dijo al padre: "Logra más la dulzura que la violencia" de La Fontaine.
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