Mi sombra le vio pasar despacio con aspecto demacrado.
Era un chico alegre. Con su carrera de derecho terminada.
Primero tuvo una novia. Luego un novio. De nuevo una novia. Ambos comenzaron a pedir créditos, una hipoteca, un préstamo personal... Llegó el momento en que ni ellos mismos sabían las deudas que tenían. Su piso parecía una pocilga.
Se separaron y volvieron cada uno con sus padres. Él con 40 "tacos" y 120 kg de peso. El piso se lo quedó el banco. Los doctores le diagnosticaron "bipolaridad". Médicos, psicólogos, psiquiatras... medicamentos y más medicamentos que unas veces toma y otras no.
Se hizo budista y susurra "mantras" a todas horas. Llena su habitación de velas encendidas. Sus padres no viven pensando en un fuego. Hace unos meses dejó la medicación y pidió un "exorcista". Según él tiene un demonio dentro.
La familia a veces le teme. Hace sólo unos días que salió del hospital.
¿Qué ocurre para que esto sea cada vez más común en personas jóvenes?
¿Son las sustancias que han tomado antes de la enfermedad o las que toman para paliarla? Pastillas y pastillas diarias que ningún familiar es capaz de controlar.
Mi sombra medita: "En la vida no hay premios ni castigos, sino consecuencias" de Rober G. Ingersoll
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