viernes, 24 de septiembre de 2010

¡El despiste!



¡Yo soy!





¡Siempre había sido un hombre muy despistado!
 
En Agosto, alquiló el piso que tenía al lado de su vivienda, a un matrimonio de Avilés.
 
Era sábado. Aunque el bar donde jugaba su partida estaba cerca, decidió ir en coche.  Cuando fue  a sacar su "Renaul" de la cochera,  un "Seat"  estacionado delante se lo impedía.
 
Pensó: ...Podía ir andando, está muy cerca el bar... pero...¡Qué cojones esta es mi plaza y pago por ella!
 
Avisó a la policía. Llegó el hombre de la grúa y le dijo: "Pues es un coche de Avilés"
 
_¡Hostia, de los inquilinos de mi piso! Alto _dijo al de la grúa_ si te lo llevas ahora tendré que pagar yo la multa por "gilipollas". Con qué cara le digo que fui yo el que avisó a la grúa. ¡Cómo no se me ocurrió preguntarles a ellos!
 
 No hubo forma, el desplazamiento de la grúa había que pagarlo. Lo pagó y se fue andando hasta el bar de siempre.
 
 
Ya lo dijo Heráclito: "Si no prestas atención a lo inesperado, cuando suceda no lo percibirás"
 
 

3 comentarios:

  1. Con el ritmo de vida que llevamos, yo creo que en algun momento todos tenemos despistes, aunque yo suelo decir que estoy con la caraja, que viene a ser lo mismo, hasta pronto, Nieves

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  2. ¡A la orden del día! Y cada vez se hacen más frecuentes y, a veces, inexplicables.
    Pero este que cuentas encima tiene coste. Es redondo.
    Saludos.

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  3. ¡Qué curioso Nieves! "estoy con la caraja" nunca lo había oído. Un abrazo.

    Pues sí Fonsado yo creo que nos pasa por querer abarcar demasiadas cosas. Un saludo.

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