¡Yo soy!
Mi sombra pasea bajo un calor aplanador por el Rastro en su nueva ubicación, que a mí a todas luces, me parece un lugar lejano y desangelado. Una mujer a la que acompaña una pequeña de unos siete años se acerca a un puesto.
La niña mira ensimismada un montón de muñecos, mientras en su mano lleva un kit de Helloy Kiti sin abrir y con él da en la pierna de la mujer que muy enfadada casi gritando le dice:
_¡Como vuelvas a darme con eso otra vez, "cójotelo", "tírotelo" en la hierba, "préndole" fuego y "quémotelo" todo. Me hicieron sonreír las expresiones tan asturianas de la mujer, pero me pareció excesiva la retahíla reprimenda, para tan nimio hecho.
La niña separó su juguete, como si ya estuviera acostumbrada a las reprimendas de su acompañante.
Mi sombra se separó de ellas sin juzgar, porque a veces: "El gozne que rechina es el que consigue el aceite" del político Malcolm X.
Mi sombra se separó de ellas sin juzgar, porque a veces: "El gozne que rechina es el que consigue el aceite" del político Malcolm X.
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