jueves, 3 de septiembre de 2009

Mirada y mirar






¡Yo soy!






Al pasar por San Marcos, mi sombra, mirando para el "rígido peregrino" recordó una simpática anécdota veraniega:

Una amiga, que vive en un pueblecito leonés por el que cruza una carretera muy pegada a las casas, siempre le repetía a su hija de cuatro años, que antes de cruzar tenía que mirar para arriba y para abajo por si venían coches.

Un día que al salir de casa, la madre observó que la niña levantaba la cabeza y luego la bajaba.

_¿Qué haces? _le dijo mirándola.

_Mirar arriba y abajo lo que tú me dices que haga siempre.

La madre asustada, pero con una sonrisa, se lo explicó.

Mi sombra parada, imaginaba que la estatua, cansada de mirar la hermosura de la fachada, bajaba la cabeza.


Y...es que... "Quienes comparten nuestra niñez, nunca parecen crecer" de Henry Graham Greene.




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