¡Yo soy!
Mi sombra sigue a un grupo de jóvenes que camina charlando relajadamente por la orilla del Bernesga. Uno dice:
_¡Mujeres, quien las entiende! ¡Se quejan por todo, mejor será pasar de ellas!
_Yo, como no tengo pareja, no por falta de ganas _comenta otro_ no tengo ese problema, veo todos los partidos sin interrupción, bueno mi madre me da la vara de vez en cuando:
¡Que pongas el volumen más bajo! ¡Que no comas pipas en el salón! ¡Que recoja los vasos que usas...! ¡Lo típico de las madres marujas!
¡Que pongas el volumen más bajo! ¡Que no comas pipas en el salón! ¡Que recoja los vasos que usas...! ¡Lo típico de las madres marujas!
_Si llevaras tres años conviviendo como yo con mi novia _tercia otro_ oirías lo mismo, lo bueno que tiene que ya le va gustando el fútbol. Bueno, yo creo que es por tenerme contento, porque me mosquea que después de un partido ganado, siempre saca el tema:
_Que parecemos una pareja casada, ya no mola estar todo el tiempo solos, podíamos ir a buscar un bebé...
_Que parecemos una pareja casada, ya no mola estar todo el tiempo solos, podíamos ir a buscar un bebé...
Yo me hago el sordo, no le digo que no porque la quiero un montón, pero...¡tíos! es que me cago por la pata abajo cuando pienso en dejar de ser el primero y pasar a ser "el último de la fila".
Me ha hecho gracia su comentario. Les veo alejarse y a mi mente de sombra viene: "El hombre que tiene miedo sin peligro, inventa el peligro para justificar el miedo" del filósofo francés Émile Alain.
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