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¡Yo soy!
Escucho a dos hombres mayores sentados frente a la iglesia, bajo los árboles desnudos. Uno de ellos rompe el silencio:
_¡Mal le fue a tu vecina!
_¿Por qué lo dices? _pregunta su acompañante.
_Pues porque fue a solicitar esa ayuda que dan. Tiene a sus padres mayores y ella va a ayudarles. Le han dicho que "ni hablar del peluquín". Que sus padres tienen muchos posibles. Nada menos que la casa de cinco pisos y todos alquilados.
_¡Anda sus padres y ella que tiene dos pisos a su nombre! _añade el segundo. Lo que no me explico cómo no se le cae la cara de vergüenza. ¡Que busque a una mujer para cuidar a sus padres, que puede pagarla bien! Aquí todo el mundo quiere "chupar del bote". ¡No sé dónde vamos a llegar!
Dejó mi sombra a los jubilados, no sin antes darles la razón: "Cada fracaso le enseña al ser humano algo que necesitaba aprender" de Dickens.
Que bueno lo que vio tu sombra, y que buena la frase.
ResponderEliminarUn saludo
Me alegra que te gustara. Agradecida.
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