¡Yo soy!
Contemplando el monumento a Odón Alonso, recordó mi mente de sombra a dos de sus profesores durante el tiempo que estuvo en "La SAPHIL".
Tuvimos un profesor al que nunca superó ningún otro de los que más tarde tuve. Todas admirábamos al Sr. Solans y lo merecía y en la mayoría dejó un recuerdo muy grato. Nos enseñó a pensar, algo muy difícil, por muchos conocimientos que se tengan.
Allí también tuvimos otro profesor no tan admirable a pesar de que sabía mucho. En nuestra promoción le llamábamos "El chistes". Como sabíamos como reaccionaba, siempre había una graciosa que le pinchaba:
_¿Por qué no nos cuenta un chiste? ¡No hacía falta más! Seguía y seguía hilando un chiste tras otro y la hora de clase transcurría entre sonrisas. ¡Eso sí, todas aprobadas! Según él, bastante hacíamos con trabajar las ocho horas en la fábrica. De la asignatura, ni jota, hasta que el director tomó cartas en el asunto.
Hace un tiempo volví a verle y no le saludé. ¡No tenía nada que agradecerle! No recuerdo sus chistes. Sólo recuerdo su comentario casi diario: "La cama, es el mejor invento del hombre, al que la inventó le deberían dar una medalla" Con él pasamos dos años "durmiendo sin cama".
A mi sombra viene una frase: "Conocimientos puede tenerlos cualquiera, pero el arte de pensar es el regalo más escaso de la naruraleza" de Federico II el Grande.
Muy bueno como has descrito al profe de mate, yo estoy de acuerdo, pero quizas le dabamos pena? De lo que hoy si estoy segura es de que el si que era una pena penita pena. un abrazo para todas de mi promoción años 69-70.
ResponderEliminarmariabse@yahoo.se
¿Pena? María, yo no lo creo. Su obligación era dar clase, algún chiste estaría bien pero toda la clase de chiste en chiste... Un beso.
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