miércoles, 9 de diciembre de 2009

"La Redada"





¡Yo soy!




¡¡Era una redada!!

Los "maderos" entraron en tromba. Las mesas de juego estaban llenas de fichas y de billetes. ¡¡Miles de euros!! Nada se pudo recoger. La parte de atrás de ese lugar, había servido muchas veces de sala de juego. El aviso de la parte delantera, esta vez no llegó a tiempo. Les pillaron con las manos en la masa.
Uno de los policías se dirigió hacia el "crupier" de una de las mesas:

_¡Usted, deme su carnet de identidad! El aludido se lo mostró y entre ellos hubo una mirada de complicidad. Mientras los demás policías iban deteniendo a varias personas, hombres en su mayoría. Ése policía le entregó de nuevo el carnet de identidad y le dijo en un susurro:

_¡Váyase inmediatamente! Así lo hizo el implicado que salió despacio y sin mirar atrás del local. Se lo contó a mi sombra cuando aún no le había pasado el susto: ¡Me conoció del pueblo! Si no llega a ser por él, hoy dormiría en la Comisaría _añadió.


Ya lo decía mi madre: "Un amigo es bueno hasta en las puertas del infierno".




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