martes, 22 de diciembre de 2009

¡Ojo con las compras!






¡Yo soy!





Mi vecino, el dueño de la "Boutique del pan", fue colocando los artículos, sobre el mostrador de la caja, en El Árbol. Pagó su compra, la metió en dos bolsas de plástico y las dejó allí, mientras la cajera y él iban a mirar una oferta que le interesaba a mi vecino pero que no encontraba.

Al volver a recoger sus bolsas, ¡habían desaparecido! La cajera dijo:

_Fue una señora mayor de negro. Mi vecino salió corriendo a la calle, la vio, ya iba a doblar la esquina después de cruzar el parque con una bolsa en cada mano. Corrió tras ella le quitó las bolsas de un tirón, al tiempo que le decía:

_¡Pero... será hija de puta! ¿No ve que no son suyas? _la vieja con una sonrisa picarona y tono lastimero contestó:

_¡No me di cuenta!

_No se dio cuenta y no compró nada. ¡La madre que te parió, si fuera más joven se iba a enterar! Volvió con sus bolsas mientras la astuta anciana seguía su camino sin mirar atrás.


Mi sombra escuchó a mi vecino y le vino a la mente: "Avaricia es temor de pobreza que vive siempre en pobreza" de San Bernardo.




2 comentarios:

  1. jajajaja, es que estamos en tiempos de crisis. A mi lo que me pone mala es que las viejecitas se me cuelen en la fila para comprar. Felices fiestas!!! Besos

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  2. ¡Vaya con las viejecitas! Con eso de que hay que respetar las canas... Feliz Navidad, Silvia. Un abrazo.

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