¡Yo soy!
Llega a mis oídos de sombra una de estas tardes. Son dos mujeres caminando:
_¡Ah, se me olvidaba! Vi a tu cuñada, la madrileña. ¿Está pasando unos días aquí?
_Ni lo sé, ni me importa, ni le pregunto. Aunque la contestación dejó un poco cortada a la primera su curiosidad indagó:
_Hija ni que te hubiera hablado del diablo. ¿Tan mal os lleváis?
_No si te parece... que sepas que mi cuñada se quedó viuda de mi hermano y a los tres meses ya estaba saliendo con mi primo, que como sabes vive "puerta con puerta" con nosotros. ¡Mi madre no lo soporta y con razón! Si hubiera sido con otro en Madrid, ni nos habríamos enterado. Pero... ¡Con mi primo y en nuestras narices! ¡Es el colmo de la desvergüenza!
Pensativa me alejé. Al fin y al cabo: "Sólo se vive una vez en el mundo" de Goethe.
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